jueves

Sufrí a la intemperie de todo aquello que alguna vez me resguardó, lo más horrible de mi vida: me di cuenta que no soy ella.
No soy la persona indicada de nadie.
Nada, nunca va a cambiar eso.
La gente entra y sale de mi vida, como si se tratara de una puerta giratoria. Y yo sigo estática buscando algo a lo que aferrarme por algo más de un segundo.
La verdad es que no puedo cambiar aquellas cosas molestas de mi personalidad, no puedo dejar de ser la mina quedada, pocas personas van a llegar a saber como soy y el resto va a seguir teniendo una interpretación erronea de mi persona. ¿Algo más verdadero? me chupa un huevo lo que piensen o no de mi, estoy más sola de lo que aparento, estoy rota por adentro y me carcome el cerebro la idea de no lograr sentirme completa.

No logré domestizarme... tal vez por el simple hecho de que en realidad necesito alguien igual de libre que corra conmigo.

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