viernes

Cosas de familia que se encuentran por ahí.

Querido:

La verdad es que estuve pensando muchísimo en tí. De todos los cincuenta y ocho días que llevamos sin hablarnos, no hubo uno solo que no haya analizado toda esta situación, que no haya intentado darle otra vuelta a lo que pasó. Pero la verdad es que no dilucidé nada. Sigo sin poder ver las cosas desde tu punto de vista, entonces me atengo a repasar el mío... si tengo suerte me contestas...
¿Verdad que te quise siempre?
¿Has oido a las viejitas que dicen que las chicas no deberíamos decir "nunca" ni "siempre"? Bueno, yo lo digo. Siempre te he querido, para bien y para mal. En todos esos feos altibajos que hemos tenido, yo siempre me he mantenido firme a tu lado. Sin embargo, tu no has estado para mi, había momentos en los que prefería no volver a escucharte jamás con tal de que dejes de contarme lo que habías hecho en el día y me preguntases cómo estaba... pero jamás me había imaginado que esto terminaría así.
He escuchado tantas veces tu disco de boleros, Juan... es el más bonito que he escuchado jamás. Aún hoy, me encuentro bailando sola y de un momento a otro siento tus manos sobre mi cintura, tu perfume. Luego abro los ojos y tu no estás ahí y, podría jurarte, que ningún ser sobre este mundo se siente tan solo como yo.
¿Por qué te has ido Juan?
Hace unas semanas volví de la Capital al pueblo. Tuve que ir a comprar un nuevo juego de living, puesto que mi madre tuvo una crisis nerviosa y quiso remodelar la casa. Tu sabes que no me gusta para nada la Capital... aún así cuando me fui a alojar, reservé el cuarto por tres días... comprar el juego de living me llevó solo unas horas, el resto las utilicé en recorrer bares. Tenía la esperanza de encontrarte en uno de las decenas a los que entré. Hubiera sido reconfortante volver a abrazarte...
¡ Ay, Juan ! te extraño tanto...
Vuelve pronto.
Te quiere siempre,
Anita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario